4 errores comunes en la comunicación interna

Juan C Gómez J.
Director General Tottal

Es común que los líderes perciban la comunicación como una habilidad simplista e innata; una condición natural. Sin embargo, también es cierto -y desafortunado- que muchos de esos líderes no cuentan con la capacidad básica, las habilidades para comunicarse con éxito con los empleados. Así lo confirma un estudio realizado por la firma de consultoría Kuczmarski & Asociados, de Chicago, USA., que encontró que el 30 por ciento de los empleados no sienten que la organización o los profesionales de recursos humanos y comunicación interna comuniquen de manera adecuada la información importante de la empresa.

El dato no es menor. Una brecha de esa proporción puede facilitar escenarios no deseados de clima organizacional y afectar la cultura corporativa, pues una cosa espera el empleado y otra le da el jefe, es decir, la empresa. En el mismo sentido, la consultora Quantum Leadership Group, encontró en un estudio que «Comunicar claramente las expectativas» (56 por ciento) y «comunicarse a menudo y abiertamente» (42 por ciento) son dos de las 10 principales competencias que los empleados esperan de sus líderes y que rara vez cumplen estos últimos.

Debemos preguntarnos, entonces, si la comunicación en nuestra organización es pobre; ¿atendemos las expectativas de los empleados en cuanto a necesidades de información corporativa?; ¿la comunicación interna está ayudando a mantener la moral en alto, el espíritu y la energía?; ¿apoya el cumplimiento de objetivos relacionados con la productividad, el compromiso y el rendimiento de los empleados?

Revisemos las recomendaciones de expertos internacionales relacionadas con lo que los líderes deberían dejar de hacer de inmediato.

Ahorrar elogios

No expresar reconocimientos, felicitaciones, alabanzas, se traduce en empleados desmotivados. Sin susto, use el elogio: genera aprendizaje y crecimiento personal; motiva y energiza; estimula el trabajo en equipo, la generación de ideas, la productividad y el aprendizaje.
Haga del elogio y el reconocimiento componentes clave de su estrategia de gestión. Es importante transmitir a los miembros del equipo una visión positiva de hacia dónde van y una sensación de que están avanzando, que hay algo realmente emocionante y valioso por delante.

Usar lenguaje acusatorio

Los señalamientos nunca serán positivos, fomentan la actitud defensiva y, en algunos casos pueden ser peligrosos, pues una acusación o reclamo (justo o no) puede generar alguna reacción inesperada -y hasta violenta- de alguien.
En su lugar, es importante incorporar herramientas de la comunicación asertiva, configurando un diálogo que permita al otro comprender las consecuencias, por ejemplo, de no haber logrado su objetivo.

Demostrar poder

Dejar claro quién manda, dar órdenes, impartir, imponer…solo causa impotencia y desmotivación en los equipos de trabajo. Todo comunica y el mensaje no puede ser el equivocado: por ejemplo, si en su empresa aún hay “jefes” que se sientan detrás de su escritorio en una silla más alta que la del empleado que tienen en frente, le tenemos noticias: ¡todo cambió! es hora de una reorganización enfocada en diálogos y discusiones participativas, en lugar de reuniones dirigidas por alguien que esgrima poder y que dicte “lo que hay que hacer”.

Aceptar problemas sin soluciones

La oficina participativa y de puertas abiertas, sin embargo, no debe convertirse en una cabina de quejas y reclamos. Establezca límites donde los empleados sepan que, si traen un problema, también han investigado algunas posibles soluciones. Esto ayuda a crear un ambiente productivo de intercambio de problemas entre el grupo, no solo de resolución de problemas de arriba hacia abajo por parte del líder. Un lugar de trabajo integrador estimula la creatividad, la motivación y la propiedad de las recompensas.

Hay mucho por hacer para mejorar la efectividad de la comunicación interna en las organizaciones, entre otras cosas, revisar si se está incurriendo en estos errores que afectan el desempeño de la organización, sin que se detecten a tiempo.